El abono orgánico se compone de una mezcla de materiales derivados de la degradación y mineralización de residuos orgánicos, provenientes de fuentes animales como estiércoles, vegetales como restos de cosechas, y materiales leñosos e industriales como lodos de depuradoras. Este abono se aplica en los suelos con el propósito de mejorar sus características químicas, físicas y biológicas, ya que aporta nutrientes que estimulan y aumentan la actividad microbiana del suelo. Además, es rico en materia orgánica, energía y microorganismos, aunque presenta bajos niveles de elementos inorgánicos.
Las ventajas del abono orgánico son diversas, entre las cuales se destacan:
Aumenta la actividad microbiana del suelo, lo que beneficia el ciclo de nutrientes y la disponibilidad de nutrientes para las plantas.
Favorece la recuperación de la materia orgánica del suelo, lo cual contribuye a la retención de nutrientes y permite la fijación de carbono en el suelo, ayudando en la mitigación del cambio climático.
Mejora la capacidad del suelo para absorber agua, lo que es beneficioso para la conservación del agua y el crecimiento saludable de las plantas.
Requiere generalmente menos energía en su elaboración en comparación con otros tipos de fertilizantes.
Nuestro abono orgánico está disponible en diversas presentaciones, desde sacos de 5, 10, 15, 20, 25, 40 y 50 kilos, adaptándose a las necesidades de nuestros clientes. Es una opción sostenible y efectiva para enriquecer los suelos y mejorar el rendimiento de los cultivos de manera natural.