El carbón vegetal es un material derivado de la carbonización de la madera o materia vegetal. Es uno de los primeros materiales de carbón que el ser humano ha utilizado y su uso se remonta a los inicios del uso del fuego. De hecho, los trozos de madera carbonizada que quedan en las hogueras pueden considerarse como una forma rudimentaria de carbón vegetal.
Este tipo de carbón se utiliza principalmente como combustible, tanto a nivel doméstico como industrial. En el ámbito doméstico, es comúnmente utilizado para la cocción de alimentos en parrillas o barbacoas debido a su alta capacidad calorífica y duración. Además, también se emplea en estufas y chimeneas para calentar espacios.
En la industria, el carbón vegetal es utilizado como combustible en diversos procesos, como en la generación de energía y en la producción de acero y otros metales. También se usa en la fabricación de productos químicos y en la producción de carbón activado, que tiene aplicaciones en la purificación de gases y líquidos, así como en el tratamiento de aguas y en procesos de descontaminación.
El carbón vegetal es una fuente de energía renovable, ya que se obtiene a partir de la biomasa vegetal. Su uso contribuye a reducir la dependencia de combustibles fósiles y puede ser una opción más sostenible en comparación con otros combustibles no renovables.