La piña puede ser plantada en cualquier época del año en suelos húmedos, aunque se recomienda el otoño como la mejor temporada. La reproducción a partir de semilla es poco común, por lo general se utilizan los retoños del tallo central. Estos retoños pueden provenir de la parte basal del tallo, las yemas del tallo distal o la corona de brácteas de la fruta. Los brotes basales se desarrollan y fructifican, dando origen a nuevos tallos.
Los vástagos se plantan en línea, dejando espacio adecuado entre plantas. Las plantaciones destinadas a la industria pueden ser más densas. Se realiza el desmalezado manual o mediante el uso de herbicidas como ametrina, diuron o bromacil. Se fertiliza con nitrógeno, potasio y fósforo, además de veces magnesio.
La cosecha de la piña se lleva a cabo en el verano hasta el comienzo del otoño, una vez que está madura, ya que no madura más después de ser cortada. La piña es poco sensible al etileno y tiene una baja producción de esta fitohormona. Para su conservación óptima, se requiere una temperatura entre 7 y 13 °C y una humedad del 85-90%. En estas condiciones, su vida útil después de la cosecha puede alcanzar entre 2 y 4 semanas